viernes, 23 de septiembre de 2011

Del engendrito y otros de su calaña.


Arrrgh hay niños que son tan insoportables que para controlarlos no necesitan a nanas o psicólogos, se requieren los servicios del encantador de perros, yo conozco a un rapaz mocoso que ay jijoelachingada como es castroso el hijoputa, es latoso, desobediente, grosero, cochino, pegalon, burlon, chillon y acuson, o sea aparte de cagapalos es mariquetas, desde chiquillos sacan el cobre algunos mondrigos, tengo que decir que yo no soy de espíritu ogro o antiniños nel, de hecho soy muy niñero, los niños me caen bien en general, lo puedo jurar por Buba, claro siempre hay un niño pesadito pero pues a esos con no pelarlos es suficiente, ahora si son osados y se acercan demasiado basta con un par de garnuchazos en las costillas y unos zapes asi como jugando para ahuyentarlos, bueno, pues este engendrito del mal que yo conozco es diferente, es de otra especie, es como la mezcla de Alien, Terminator y Chucky, revuelto con un supositorio encarnado y una ladilla sueca, rayita el de los gremlins es un pendejo a comparación de el, Atila, Gengis Khan y Hitler seguro fueron encantadores y tiernos chamacos a su lado, solo tienes que ver cuanta maldad hay en su mirada para darte cuenta que ese cabronsillo nació para chingar, su cerebro perverso solo sirve para maquinar la mejor manera de joder al prójimo, tiene talento natural para eso, es bien pendejo pero sabe ser sigiloso para acercarse y darte un patadon en la espinilla sin que notes su presencia y si intentas reprenderlo no pensara mucho para responderte “callate ese pico hijo le tu puta male”, si se le hinchan sus pequeños huevos te escupira o te aventara lo que tiene a la mano, pinchi mini terrorista, es un bullying en potencia pues es un temible madreador de otros enanos mas peques o mas pendejos que el, ahhh pero no lo toquen porque luego luego chilla y va de puto, una ves en la guardería recibió un patadon a medio hocico y otra ocasión una ñiña le dio un pinche mordidon loco en el brazo y ahí si, los papases de este aterrador vomito de satan pusieron el grito en el cielo, poco falto para que demandaran por intendo de homicidio (o infanticidio o como sea que se le llame a eso) a las maestras de la guardería, a los papases y a los pequeños agresores que no dudo hallan actuado en defensa propia.
Pero basta, voy a dejar de expresarme asi de ese engendro diabólico pequeño porque tal ves el niño dios ya esta llorando al darse cuenta de mis negros sentimientos hacia ese monstruo chamaco de apenas un metro de enanura, pero os lo juro, no puedo evitar pensar asi, solo de saber que se acerca me da escalofrio, al verlo las venas del cuello y la frente se hinchan, mi respiración se acelera, me da taquicardia, si escucho su aguda voz me zumban los oídos, se me nubla la vista, la boca se llena de espuma, y el instinto de supervivencia llena mi mente y mi cuerpo con un deseo irresistible de huir corriendo o de brincarle encima y arrimarle unos batazos, me cuesta trabajo creer que ese siniestro bodoque de cara sucia y mocos verdes, verdes que a veces se inflan como pompas de jabon sea la alegría de su hogar.
Mi molestia o aversión a su diminuta presencia no es porque sea latoso, todo niño sano es la encarnacion del demonio de Tasmania, siempre habra unos mas cabrones que otros, siempre habrá uno pegalon, otro grosero, otro mion pero esta maldita criatura este escuincle es todo eso junto y mas, lo “pior” no es eso, es la conchudes de sus pinches padres, mi hijo fue latoso, bien latoso, mis sobrinos lo son, yo fui un escuincle tenton, pedinche, miron, cagon y todo lo que gusten y manden, pero en mi caso y en el de la mayoría de todos los enanos del mundo es que nos ponían limites, siempre que te pasabas de chilaquil había un momento en que el papa o la mama nos llamaban, clásico uno cual mesero iba hasta la tercera o cuarta llamada, pero ya cuando tu mama te aventaba unos pinches ojotes ibas en chinga, entonces la mama o el papa o los dos de manera sutil, sin asperezas te tomaba del brazo de manera suave pero firme y te miraban a los ojos de tal manera que tu sabias que estabas en pedos, entonces sin levantar la voz y a veces hasta sonriendo y mientras te acariciaban la chola o te limpiaban los mugrosos y sudados cachetes te decían: “ síguele, síguele cabron y en la casa hablamos” ¡¡a la puta madre!! (Quien miraba la escena de lejos pensaba que te estaban apapachando pero pura madre) esa tenue amenaza bastaba para que te limpiaras el sudor, le bajaras de huevitos y te quedaras quieto o si eras valeverga por lo menos te ibas a echar desmadre a otro lugar fuera de su vista y de sus manos ya que otro modo no te salvabas de por lo menos un pellizco o jalon de greñas, pues a este acolito del diablo sus apases no le dicen ni merga, lo dejan hacer y deshacer a placer, si acaso con una sonrisilla y una mirada pendeja le dicen: ya muñeco ya, pórtate bien mi amor, ¿muñeco? Solo que sea chucky el jijoela.
Lo mas aterrador de este asunto es que al parecer no es un caso aislado, con temor veo que es un mal general en estos días, no tiene mucho vi a un escuincle darle unos patadones a su apa porque no le compro alguna madre en la tienda y el papa en ves de darle un amansa locos, nel!! soporto estoico la escenita y hasta tenia una carita como de orgullo, casi casi de “esa es la actitud mijo” numa!! En mis épocas ni de pedo se hubiera ocurrido patiar a mi apa… bueno adolecente si dos tres veces me dieron ganas de arrimarle un patadon a mi viejo y salir vuelto la chingada pero de morro nel nel, jamas, otro dia en walmart otro engendro del mal estaba tirado en el piso haciendo un berrinche, pero un berrinche chingon, babeaba y gritaba retorciedose como tlaconete en sal, pero tenia unos pinches gritotes que parecía le estaban extirpando un órgano con una segueta, primero me espante, pensé que le habían dado pan con agua y le estaba dando un ataque como a los perros o le habian echado agua bendita y se le esta saliedo el chamuco, ya cuando vi que era berrinche pase del susto a la indignación y después a la ira, poco falto para que fuera a darle unos patadones en el cráneo al caído, en otra ocasión fui al cine y el destino puso detrás de mi asiento a un regordete bodoque, pues este luciferino crio aparte de tragar como cerdo hacia un monton de ruido al masticar, al sorber los hielos de su vaso de chesco ya vacio, arrugando una y otra vez la bolsa de sus putas papitas, además no paraba de hablar y pateaba con una insistencia que me desesperaba el respaldo de mi asiento y ni la marrana de  su madre ni su chingada abuela fueron para decirle algo, cuando mi paciencia llego al limite (y neta que aguante) le dije de manera decente (hasta eso) que yo quería ver la peli, que si ellos no pos que se salieran y en ves de agarrarlonda nel, hicieronmela de pedo, puta madre entonces amarre a su chamaco y póngale bozal porque… y hasta ahi pude decir porque me interrumpió la furica abuela diciendo que yo era un hijoputa y que ya no la molestara!!! Bueno no me dijo hijoputa pero me miro como si lo hiciera, numa, preguntome yo ¿ a donde vamos a ir parar con estos chamacos? Si alguien ahorita me dice que estos niños son la esperanza y el futuro de Mexico en este instante me trago tres capsulas de cianuro, señores de verdad a veces es necesaria una nalgada a tiempo, antes de que se vuelvan como ese ente perverso que mas que una nalgada dan ganas de tomarlo por ambos pies, darle dos vueltas y azotarlo de cabeza contra el piso, eso si solo una ves, ya que hacerlo mas de dos veces me podría volver loco de alegría seria un exceso, hasta eso.
En fin ya me desahoge, ya me voy a ponerme mis botas de casquillo por si acaso el engendrito se atraviesa en mi camino.



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